Mi país cultiva gente
de ahuehuete
ésta no se quema,
no se ahoga
xerófilos somos,
bien adaptados.
Indiferentes nunca
a la injusticia
caminos de tierra húmeda,
pero,
oro en cada sonrisa
que regamos.
Fortaleza en el
rojo llevamos,
ufanías en las
fiestas del santo,
entierros con alegría
y cantos,
romances en el sol
y en el llanto.
Trópico, calor,
sudor de tantos
el águila real con
su encanto.
Y así ya va
culminando esto.
Labrando sueños en
el norte y sur
incitando rebeldes
con machete
negando gobiernos apócrifos
divisando amenazas
extranjeras
ocultando la
tristeza en la piel.
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